5/1/09

BMW 128i Cabriolet



Te guste o no, el convertible 128i es una de esas obras maestras elaboradas por los magos de la factoría de Munich. Definitivamente, se trata de un BMW, descrito como la reencarnación del legendario modelo del 2002. Pero el 128i no tiene nada que ver con su predecesor. No obstante, sí encontramos algunas reminiscencias del modelo E30, representativo de los yuppies de los años 80, y lo podemos encontrar por cerca de $44,000 con los paquetes Cold Weather, Sport y Premium. Más pesado (alrededor de 3,500 libras) y mejor equipado que sus predecesores, el 1 puede encajar entre los "pura raza" para los conductores más puristas.
El tamaño es otro de los aspectos más aprovechados en este modelo, no así en el modelo del 2002. Los paneles laterales realizan una forma curva con una mayor sensación de amplitud y los controles principales están accesibles con el más mínimo movimiento, teniendo un espacio muy confortable. Los pasajeros de los asientos traseros disponen de un espacio más que suficiente para ir cómodamente sentados sin necesidad alguna de ir forzadamente encogidos en un mínimo espacio. 
El motor de seis cilindros en línea supone una revolución propia de BMW. El coche se transforma en una extensión del propio conductor, con detalles de buen gusto como el volante cubierto de piel o la transmisión automática Steptronic, que envía la potencia a las ruedas traseras desde el motor de 3.0 litros que denota la nomenclatura del modelo y que proporciona un total de 230 CV con un perfecto balance. Muy similar al 135, versión con doble turbo que libera 300 CV con el que comparte motor.

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