14/1/09

BMW X5 3.0d



Para realizar una completa y exhaustiva selección de los modelos todoterreno o SUV actuales, destinados a salir airosos de los terrenos más farragosos y enrevesados de nuestra caprichosa orografía, no podemos pasar por alto el BMW X5, uno de los SAV (Sport Activity Vehicle) más representativos de nuestro mercado en cuanto a la gran repercusión en su segmento, que ha creado escuela entre sus sucesores e imitadores de otras marcas y que, por unas razones o por otras, todo el mundo ha deseado y desea. Si se le pregunta a cualquier persona de a pie, experta en automóviles o totalmente profana en el tema, que coche se compraría, un gran porcentaje de ellos no dudaría en colocar al X5 como su principal aspirante entre sus modelos de coche de cualquier tipo preferidos para la compra, los primeros quizás fundamentalmente por el dinamismo y la amplia tecnología que introdujo desde el lanzamiento del primer X5 hace ya aproximadamente unos 5 años, y los menos entendidos indudablemente por su diseño y apariencia exterior, que tras su notable renovación transmite aún más seguridad, elegancia y prestaciones, algo de lo que tampoco dudaría ni un segundo ningún experto. Es más, desde Autocity podemos afirmar que tras una infinidad de nuevos modelos SUV (Sport Utility Vehicle) o SAV de grandes dimensiones lanzados al mercado, el X5 continúa marcando la pauta en el segmento y es una de las principales referencias para la totalidad de las marcas.

El concepto del X5 desde que nació fue el de presentar una gran berlina con carrocería elevada y tracción integral del segmento Premium, con un diseño muy similar al de cualquier turismo de marca, con claras reminiscencias al Serie 3 en su agresivo diseño, al Serie 5 obviamente, en sus características técnicas y de habitabilidad, y al Serie 7 en su presentación interior cargada de lujo y equipamiento, compartiendo varios motores con las gamas de turismos y la mayoría de los componentes internos. Incluso desde la marca siempre han rehuido relacionar el X5 con el concepto todoterreno, puesto que ni ellos mismos lo consideran así. Piensan en él como en un gran turismo elevado. El X5, que vio la luz poco después de que lo hiciera el lujoso ML de Mercedes, nació para hacerle la competencia más directa al SUV de la marca de la estrella, resultando los pioneros en cuanto a tecnología aplicada, en las prestaciones sobresalientes con un gran volumen y peso y en cuanto a habitabilidad y versatilidad en el segmento, todo ello acompañado de un lujo desconocido en coches de esa talla, siendo siempre un ejemplo a seguir por las nuevas realizaciones. Podemos decir sin reparos que el X5 ha marcado una época y ha sido y es el sueño de muchos. Clásicos modelos de la competencia han visto sus esperanzas de éxito truncadas al tener que enfrentarse al grande de BMW, arrebatándoles gran parte de la cuota de su mercado. Véase el afamado todoterreno japonés Toyota Land Cruiser, con unas loables capacidades ruteras, tanto por pistas como fuera de ellas, o el legendario inglés Range Rover, con un lujo extremo y un comportamiento off-road inigualable, así como el poderoso 4x4 Jeep Grand Cherokee, con todo el lujo típicamente americano. Entre las concepciones más modernas encontramos el descomunal e inimitable Porsche Cayenne, el elegante y distinguido Volkswagen Touareg, el superlujoso Lexus RX 300 o RX 400h, el atractivo y discreto Nissan Murano o el exitoso XC90 de la sueca Volvo. El precio es tan alto como el confort y el placer que se siente a sus mandos, alcanzando en la excelente versión de 3.0 litros diesel con 218 cv los 55.200 euros, a la altura de sus competidores con motores diesel similares a éste, aunque seguro que aquellos con un comportamiento mucho menos dinámico.

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