Si unimos una berlina de estética moderna, atractiva y poderosa, un nombre mítico como el del Taurus, y un propulsor de última hornada con inyección directa de gasolina y sobrealimentación, obtenemos un producto a la fuerza ganador: el nuevo Ford Taurus SHO.Con motivo del Salón de Chicago, la casa del óvalo azul ha decidido quitar el velo que cubría esta esperada y rumoreada novedad, así que acompáñanos a descubrir todos los detalles de este atractivo norteamericano de 365 caballos.
Empezaremos hablando de lo más característico del coche: su propulsor EcoBoost. Se trata de una unidad de 6 cilindros en V, 3,5 litros de cilindrada, con inyección directa y sobrealimentación por doble turbocompresor e intercooler para refrigerar el aire de admisión.
La denominación SHO nace de la abreviatura de Super High Output (traducido como entrega super alta, haciendo referencia a mucha potencia disponible), y en su época (1989) venía dada por 220 CV (algo que hoy en día puede sonarnos a chiste) sacados de un V6 de tres litros desarrollado por Yamaha.
La verdad es que ahora el acrónimo SHO hace más justicia, ya que con 365 CV extraidos de un bloque de 3,5 litros (104 CV por litro) sí que estamos ante un motor de alta entrega de potencia, sobre todo en relación a su cilindrada.
Pero a diferencia del original SHO, en esta ocasión los ingenieros de Ford han pensado en algo más que un gran motor, y el chasis también tiene su parte que aportar a la ecuación de esta atractiva berlina deportiva.
Para empezar, tenemos un sistema de tracción integral con distribución de par inteligente en función del agarre disponible en cada una de las ruedas, y los requerimientos del conductor al volante. La transmisión corre a cargo de una caja automática con posibilidad de selección manual entre seis velocidades. Lo bueno del sistema de accionamiento manual es que cuenta con levas tras el volante, no cambia a una marcha superior cuando se alcanza la zona roja, y además es capaz de simular un punta tacón de primera cuando se efectúan las reducciones.
Muelles, amortiguadores, estabilizadoras y geometrías son específicos para este SHO respecto al resto de Taurus, buscando ofrecer un comportamiento más agil, divertido y deportivo. Además de todo esto, Ford ofrecerá a sus clientes un kit denominado Performance Package compuesto por pastillas de freno específicas, un tarado más agresivo del control de estabilidad, y una relación del grupo final más corta, para buscar más aceleración y más sensaciones.
Las llantas de serie son de 19 pulgadas, calzadas con gomas Good Year, aunque para los más exigentes se ofrecen llantas de 20" con gomas Michelin Pilot Sport.
Los retoques estéticos de diferenciación entre el SHO y el resto de los hermanos de gama no se quedan solo en las llantas, y aparecen nuevos detalles aerodinámicos como el alerón sobre el capó trasero, o la terminación oscurecida de varios detalles de la carrocería. Algunos de los colores del nuevo Taurus son además exclusivos de esta versión.
El interior es de primera, con una tapicería de dos tonos y dos texturas, mezclando una especie de alcántara sintética y ecológica con un cuero negro. El salpicadero recibe insertos de auténtico aluminio y podemos descubrir varias veces el anagrama SHO a lo largo y ancho del habitáculo para que no olvidemos lo especial que es este Taurus.
Debajo del capó delantero, comparando el viejo propulsor del primer SHO (derecha izquierda) con el del nuevo (izquierda derecha) vemos como Ford ha preferido esconder la belleza de la mecánica bajo una fea cubierta plástica, algo que por otra parte es norma común actualmente en el mercado.
37.995$ (casi 30.000€ al cambio de hoy) es lo que cuesta un Taurus SHO limpio de opciones. La verdad es que teniendo en cuenta los kilogramos de coche que te llevas a tu casa, la tecnología, el consumo en comparación con el de sus rivales, y la estética, creo que este coche es todo un acierto. Tal vez el primer acierto en este segmento en las últimas décadas por parte de Ford América, que parece haber tenido una travesía a través del desierto de la que últimamente está queriendo olvidarse con fuerza.
La denominación SHO nace de la abreviatura de Super High Output (traducido como entrega super alta, haciendo referencia a mucha potencia disponible), y en su época (1989) venía dada por 220 CV (algo que hoy en día puede sonarnos a chiste) sacados de un V6 de tres litros desarrollado por Yamaha.La verdad es que ahora el acrónimo SHO hace más justicia, ya que con 365 CV extraidos de un bloque de 3,5 litros (104 CV por litro) sí que estamos ante un motor de alta entrega de potencia, sobre todo en relación a su cilindrada.
Pero a diferencia del original SHO, en esta ocasión los ingenieros de Ford han pensado en algo más que un gran motor, y el chasis también tiene su parte que aportar a la ecuación de esta atractiva berlina deportiva.Para empezar, tenemos un sistema de tracción integral con distribución de par inteligente en función del agarre disponible en cada una de las ruedas, y los requerimientos del conductor al volante. La transmisión corre a cargo de una caja automática con posibilidad de selección manual entre seis velocidades. Lo bueno del sistema de accionamiento manual es que cuenta con levas tras el volante, no cambia a una marcha superior cuando se alcanza la zona roja, y además es capaz de simular un punta tacón de primera cuando se efectúan las reducciones.
Muelles, amortiguadores, estabilizadoras y geometrías son específicos para este SHO respecto al resto de Taurus, buscando ofrecer un comportamiento más agil, divertido y deportivo. Además de todo esto, Ford ofrecerá a sus clientes un kit denominado Performance Package compuesto por pastillas de freno específicas, un tarado más agresivo del control de estabilidad, y una relación del grupo final más corta, para buscar más aceleración y más sensaciones.
Las llantas de serie son de 19 pulgadas, calzadas con gomas Good Year, aunque para los más exigentes se ofrecen llantas de 20" con gomas Michelin Pilot Sport.
Los retoques estéticos de diferenciación entre el SHO y el resto de los hermanos de gama no se quedan solo en las llantas, y aparecen nuevos detalles aerodinámicos como el alerón sobre el capó trasero, o la terminación oscurecida de varios detalles de la carrocería. Algunos de los colores del nuevo Taurus son además exclusivos de esta versión.
El interior es de primera, con una tapicería de dos tonos y dos texturas, mezclando una especie de alcántara sintética y ecológica con un cuero negro. El salpicadero recibe insertos de auténtico aluminio y podemos descubrir varias veces el anagrama SHO a lo largo y ancho del habitáculo para que no olvidemos lo especial que es este Taurus.
Debajo del capó delantero, comparando el viejo propulsor del primer SHO (derecha izquierda) con el del nuevo (izquierda derecha) vemos como Ford ha preferido esconder la belleza de la mecánica bajo una fea cubierta plástica, algo que por otra parte es norma común actualmente en el mercado.
37.995$ (casi 30.000€ al cambio de hoy) es lo que cuesta un Taurus SHO limpio de opciones. La verdad es que teniendo en cuenta los kilogramos de coche que te llevas a tu casa, la tecnología, el consumo en comparación con el de sus rivales, y la estética, creo que este coche es todo un acierto. Tal vez el primer acierto en este segmento en las últimas décadas por parte de Ford América, que parece haber tenido una travesía a través del desierto de la que últimamente está queriendo olvidarse con fuerza.
Fuente: Autoblog
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