
Por encima de una plataforma de 2.65 m de distancia entre ejes se monta la carrocería del Impreza con una longitud más corta que en la anterior generación y 1.230 kg de peso, el mínimo que marcan las normas del WRC. La suspensión McPherson en ambos ejes ofrecerán la solidez necesaria para las carreras, así como los frenos AP Racing dispuestos para frenar el vehículo en las peores condiciones: 37.8 cm para asfalto y 31 cm para terrenos más complicados, con pinzas de 6 pistones en ambos casos. También según las condiciones de la vía equipará llantas BBS de 15” con neumáticos de más perfil en caso de grava o de 18” en caso de conducción por un “más cómodo” asfalto.

En la parte mecánica, no hay precisamente sorpresas. Encargándose de entregar la fuerza a las cuatro ruedas una transmisión electro-hidráulica secuencial de seis marchas, con un diferencial también electro-hidráulico que se encarga de distribuir la potencia según las condiciones.
Como último dato, el bloque motor situado bajo el capó es un cuatro cilindros opuestos boxer con 2.0 litros de cilindrada y un turbo IHI que eroga 300 Cv a 5.500 rpm. El par máximo se sitúa en este caso en los 650 Nm a 3.000 rpm.
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