Es muy probable que esto te suene, ya sea por ver montado a James Bond en algo que flota y rueda, porque el sobrino de tu vecino le conto a tu padre que vio un coche flotando o bien porque estas informado del mundo del motor. El caso es que esta tecnología existe y está disponible para cualquiera de nosotros, aunque imagino que para poder conducirlo a parte de necesitar el Permiso de Conducción, hará falta algún que otro título que capacite para su manejo en aguas abiertas (P.E.R., Patrón de Yate, Capitán de Yate, etc.).Personalmente yo estoy capacitado para su conducción en agua y sinceramente, soy incapaz de imaginarme entrando en el Club Náutico de mi ciudad con el coche y meterme al agua bajo la atónita mirada de todos los socios.
Por otra parte, la canción de Los Mismos llamada El Puente (será maravilloso viajar hasta Mallorca sin necesidad de tomar el barco o el avión…) deja de tener sentido en alguna de sus partes, porque claro, tiene miedo al barco, pero si el coche es tu barco, ¿que pasa?
Bueno, después de tanta coña, explicaros que el modelo comercializado se llama Aquada y es de la compañía británica Gibbs. Esta compañía fue la pionera en crear un coche anfibio autentico (y comercial), ya que los que habían anteriores podían rodar por sitios con gran cantidad de agua, pero realmente no se mantenían a flote.
Este pequeño deportivo-lancha tiene un coste de unos 90.000 €, alcanza una velocidad máxima en tierra de 160 km/h y sobre el agua llega a desarrollar unas 30 mph (50 km/h +/-). Esta velocidad, para los no entendidos del mundo de la náutica, es similar a la que alcanza un yate de lujo.
De momento el precio de venta es algo caro, al menos para mí, aunque también imagino que si por cualquier motivo a la gente le empieza a llamar la atención este tipo de vehículos, entraríamos en un segmento en el que todas las grandes marcas automovilísticas querrían su parte del pastel, con la consiguiente disminución del precio.
Fuente: www.alacarretera.com
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