8/11/08

Peugeot 607 Feline








Como lo indica el número, parte de sus encantos se basa en el último sedán de lujo que lanzó la empresa, el 607 y la palabra Féline reafirma la tradición de la marca: "el león". Este roadster de singular aspecto se luce por un habitáculo con formas dignas de módulo espacial. Presenta una burbuja totalmente vidriada y atérmica que permite dejar al conductor a pleno cielo. Para acceder a los mandos de conducción, previamente las puertas se deslizan hacia adentro de los guardabarros delanteros, el parabrisas se inserta 50 centímetros entre el capot y el habitáculo; y la mitad trasera de la burbuja retrocede 12,5 cm. Al no contar con ventanillas, y por la forma parabólica del parabrisas las gotas de lluvia no se fijan. Por su parte, la luneta se oculta totalmente detrás del copkit por un sistema de rotación. Sus virtudes estilísticas no terminan ahí, el largo capot, una amplia toma de aire en el faldón con luces adicionales en los extremos, el clásico león en el centro, atléticos guardabarros, tres branquias elevadas de cada lado y grandes llantas de aleación con tuerca central de ajuste calzadas con neumáticos Michelin Pax System -no utiliza rueda de auxilio- definen su porte deportivo. La carrocería está construida en fibra de carbono, formada por paneles de nido de abejas e integrada al habitáculo. El conjunto está reforzado por un arco fijo que une ambos lados del habitáculo. Seguramente Peugeot buscó una tenida excepcional en curvas, por eso adoptó un tren delantero con triángulos superpuestos y brazo basculante, y un tren trasero con traviesa deformable, dos brazos longitudinales y horizontales con barra Panhard. En ambos ejes lleva resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos. Para detener al felino se colocaron discos de carbono de 355 milímetros de diámetro y 30 de espesor. El alma de este concept es nada menos que el V6 de tres litros y 210 CV con 29 kgm de torque, admisión y distribución variable, cuatro árboles de levas y 24 válvulas. Es el mismo que utiliza actualmente el 607 con el cual supera los 230 km/h. Aún no hay cifras oficiales del Féline pero estimamos que debe acelerar de 0 a 100 km/h por debajo de los 8 segundos y superar la cifra de velocidad máxima del sedán de serie. Todo el interior de este gato está tapizado en cuero rojo, incluso el volante, para dar un inconfundible toque de agresividad. Un capítulo aparte merecen la luces que están compuestas por nueve prismas orientables según la resultante de la velocidad de giro, el ángulo del volante y la velocidad que lleva el auto. En síntesis, uno de esos prototipos con diseño de alto vuelo que quizás nunca vea la luz pero, que seguramente inspire la inventiva de muchos diseñadores.

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