


En cierto modo, es una idea económicamente más eficaz, y es que algunos modelos americanos y australianos saltan de continente con un simple cambio de nombre (Pontiac G8), aunque se hecha de menos más variedad estética, más identificación con la marca. Y es que si no se busca esa diferenciación, no entendemos el porqué de tener tantos nombres diferentes cuando todos los coches podrían llamarse igualmente GM o Chevrolet, y ahorrar un buen dinero a la anoréxica cuenta bancaria de la General. Te dejamos con la galería del Holden Volt para que juegues a buscar las diferencias.
Fuente: Autoblog
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