VÄTH sabe por donde comenzar a preparar un Mercedes cuyo propósito es romper las barreras de potencia sin llegar a extremos insanos (se supone). Si quieres tocar el SLK y quieres lo máximo posible entonces acudes al tuning de casa, cogiendo “por los cuernos” al SLK55 AMG para empezar con un potente V8 y un buen kit aerodinámico.Con el AMG hablamos de ocho cilindros atmosférico que utiliza un cubicaje de 5.8 litros para devolver 360 CV de potencia. Utilizando un simple compresor la potencia se multiplica para alcanzar unos no despreciables 565 CV, volteando la fuerza máxima por giro hasta unos bastante puntuales 700 Nm. Jugar a las cartas con esta nueva baza es más sencillo, sobre todo si se quiere competir contra alguien. El tiempo del 0 a 100 km/h traspasa inferiormente la barrera de los 4 segundos y la velocidad tope se deslimita hasta unos brutos 300 km/h.
El V58k no sólo juega con las siglas sino también con una agresividad más allá del capó, brillando la fibra de carbono como elemento extensor principal. A los nuevos y alargados spoiler delantero y difusor trasero se le suman detalles en el interior, tanto en el salpicadero como en el asidera de la puerta o en el freno de estacionamiento. La vista del exterior es toda negra brillante a excepción de los brillantes arcos antivuelco en acero inoxidable y del borde de sus llantas de aleación en 19 pulgadas.
Por dentro ese negro se vuelve más opaco y se combina con un gris claro, que aunque lo pueda parecer no se muestra nada “apagado”. También le pegan un repaso al volante deportivo, que incorpora una suave piel a juego con el tapizado reinante, y terminan en un suave broche con unas alfombrillas propias.
Si la preferencia va por una estética deportiva pero menos extrema, el Kleemann SLK S8 puede ser una posible visión. Además de ofrecer una potencia similar cuenta con una mejora sustancial de su comportamiento con una suspensión “adaptativa”.
Fuente: Diariomotor
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