27/6/08

Ford Mustang GT Cabriolet




El Mustang hizo su histórico debut en el mes de abril de 1964 y muy rápidamente se convirtió en uno de los consentidos de aquel entonces. Desde sus inicios contó con una versión descapotable, casi desde el primer año de fabricación, con gran éxito en ventas y convirtiéndose en una auténtica referencia para la industria automotriz. 

En términos de potencia, solamente fue hasta el año 1982 en que la marca del óvalo azul decidió ensamblar un modelo con un motor V8, muy potente para la época, con la designación de GT que conocemos hoy en día y que ha mantenido una tradición difícil de superar entre sus competidores.

En el 2005, el Mustang volvió con mucha fuerza con un rediseño total que siguió causado gran sensación, al evocar con su diseño a aquellos modelos originales del 67 al 69. Mayormente las similitudes tienen que ver con la amplia parrilla frontal, la punta alargada y un corte deportivo de primera que marcó toda una época.

Nuestra prueba
Al encender el vehículo llama poderosamente la atención el estruendo inmediato de su motor V8 que si se pudiera traducir ese rugir con palabras audibles, pienso que diría algo como ¿Soy Poderoso y Temible¿. Ese atronador ruido fue cuidadosamente preparado para que los fanáticos del Mustang disfrutaran aun más la experiencia de manejo.

El motor del Mustang GT es un V8 de 4.6 litros que genera 300 caballos de fuerza y 320 libras por pie lineal de torsión. Como siempre, una de las cosas más tentadoras que hay, es llevar el motor por arriba de las 2,000 rpm, donde la entrega de potencia y el atronador ruido de los escapes se traducen en música para los oídos de los amantes de la velocidad pura.

Ya en carretera encontramos que la dirección tiene una buena retroalimentación. La respuesta del V8 es muy contundente, aunque la transmisión de nuestra unidad de prueba era automática, y decimos esto porque le resta esa sensación de control absoluto que se manifiesta a través de la caja manual como hubiera sido nuestra preferencia. Pero también entendemos que para un gran sector del mercado, la versión automática es la más adecuada y podemos decirle que tiene una respuesta satisfactoria.

En altas velocidades la estabilidad del vehículo es impresionante. Al tomar varias curvas le llevamos al máximo para probar su respuesta y tuvimos un resultado satisfactorio con un buen agarre en cada viraje y una acentuada actitud deportiva que te dibuja una sonrisa en los labios tras ejecutar la prueba.

La suspensión trasera sigue siendo de eje rígido y lo que difiere del anterior es que ahora tiene una barra Pahnard. En la suspensión delantera no cabe duda de que los struts McPherson mantienen al auto bien plantado y con un nivel muy aceptable de estabilidad.

Interior del Mustang

El asiento del conductor es bastante cómodo con la posibilidad de adaptarse a la posición más conveniente mediante un control electrónico. Los asientos traseros pueden acomodar perfectamente a dos personas, aunque con alguna incomodidad si son de extremidades inferiores largas, porque el espacio es limitado.

Por otro lado, el color del cuero de los asientos es un rojo encendido que cae en perfecta armonía con el carácter del Pony-Car. El equipo de audio es bueno, aunque para ser sinceros, con el ruido del motor no hace falta ¿más música¿.

Para quitar la capota, hay que zafar unos seguros en las esquinas delanteras; podría ser completamente automático como lo tienen algunos competidores,pero en el caso del Mustang primero quitas las perillas y luego oprimes un botón que termina el trabajo por ti.

Sin la capota removible el auto es una toda una delicia, especialmente cuando lo pruebas en una zona de brisa tropical como en el sur de Florida. La combinación del viento, el ruido del potente motor, la luz solar y quizá una buena compañía, suponen el cóctel perfecto para disfrutar aun más de este carro.

0 Comentarios :

 

Diseño web por Emiliano Arévalo | Contactenos | Webs amigas