2/10/08
Caterham R500
Conocido por continuar al pie de la letra el espíritu de Colin Chapman, que era fiel a la máxima “cuanto más ligero más veloz”, el fabricante británico Caterham acaba de añadir una nueva versión a la gama de su modelo 7, heredero del Lotus Seven. Se trata del Superlight R500 y su carta de presentación es una mecánica atmosférica de origen Ford, de dos litros de cilindrada y preparada para llegar hasta los 263 CV de rendimiento, lo que le convierte en el Caterham Seven más potente de los que se venden actualmente. Su par máximo es de 24,4 mkg.
En el interior destaca un nuevo salpicadero de fibra de con un pequeño volante extraíble.
A pesar de que esta cifra de potencia por sí sola no impresiona, ya que está al alcance de más de una berlina, no hay que dejarse engañar. Los irrisorios 506 kilos que pesa el Caterham R500 le permiten unas prestaciones que dejan en ridículo a más de un superdeportivo con más del doble de potencia, pues lo que cuenta aquí es la excelente relación peso/potencia, equivalente a 520 CV por tonelada. No es de extrañar entonces, que este monstruo de las sensaciones pase de 0 a 97 km/h en 2,88 segundos, aunque para ello haya que ser todo un experto y emplearse al máximo en dosificar embrague y acelerador, pues toda la potencia pasa al asfalto a través de las ruedas traseras con la única ayuda de un diferencial autoblocante.
Opcionalmente se puede adquirir un sistema de arranque “launch control”, enfocado a los clientes que deseen sacar el máximo provecho de cada caballo, muy útil en competiciones, y con el que seguramente se faciliten las cosas a la hora de extraer alguna centésima al crono. También para este tipo de cliente, que no serán pocos dada la filosofía de la marca Caterham, están a la venta una serie de elementos opcionales, entre los que se incluye una toma de admisión directa de aire realizada en fibra de carbono, una suspensión deportiva basada en la del C400 de competición y un cambio de marchas secuencial. La transmisión de serie es manual de seis velocidades.
Teniendo en cuenta que la velocidad máxima es de 241 km/h, el equipo de frenos del Caterham R500 consta de discos ventilados delanteros con pinzas de cuatro pistones, y discos macizos con ligeras pinzas de dos bombines en el tren posterior. Los neumáticos son de competición, firmados por Avon, y están montados en llantas de aleación de 13 pulgadas de diámetro con diseño de ocho radios. En cuanto a la suspensión, los amortiguadores son totalmente regulables, con esquema trasero de Dion y delantero de dobles triángulos superpuestos aligerados. Respecto a su antecesor R400, el R500 ahorra 9 kilos, para lo que se ha reducido el grosor de algunos paneles de la carrocería, se ha empleado más aluminio y kevlar, y se ha utilizado aluminio en el hueco donde van emplazados los pilotos traseros.
Exteriormente, el Caterham R500 se inspira en el tope de gama CSR, el único que emplea suspensión independiente trasera y de tipo push-rod delantera. Es relativamente discreto, aunque se distingue por algunos aditamentos aerodinámicos de fibra de carbono para reducir las fuerzas ascensionales, una nueva parrilla que mejora la refrigeración del motor, pilotos traseros transparentes y una tapa de cuero y carbono para el portaequipajes. En el interior llama la atención el pequeño volante extraíble, con interruptores para los intermitentes integrados, así como un indicador luminoso de cambio de marchas y un nuevo salpicadero de fibra de carbono con una placa con el número de serie del coche grabado. La única concesión al confort corre a cargo de un nuevo sistema de arranque sin llave. Su precio en Gran Bretaña es de 36.995 libras esterlinas (46.254 €) y, a diferencia de otros modelos de la marca, se vende ya montado.
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