Hay preguntas sencillas que hasta un niño es capaz de formularse: ¿por qué viajamos en vehículos de más de una tonelada de metales y plásticos para transportar la mayoría de las veces una sola persona de menos de 100 kg?. Sin embargo, en nuestra sociedad no sólo no damos respuestas coherentes sino que cada vez construimos coches más grandes y pesados. El resultado es que en un automóvil comercial de 4 plazas convencional es difícil que este consuma menos de 5 litros por cada 100 km. En el Salón del Automóvil de Ginebra (2006) se ha presentado el Loremo LS, un prototipo germano que consume 1,5 litros por cada 100 km. Su secreto es simple: reducción de peso y máxima aerodinámica, en otras palabras Loremo (low resistance mobile). Con esos dos criterios sus creadores han diseñado un vehículo que cumpla con los estándares de seguridad actuales pero que a la vez tenga este importante ahorro en combustible. Para conseguirlo el habitáculo que han diseñado no podía ser más rompedor. Los cuatro pasajeros van dos delante pero los de atrás van de espalda. Ciertamente, no es el estándar de lo que uno imagina de una viaje en familia, pero pone en evidencia que muchos de los criterios adoptados por al industria automovilística sólo pueden comprenderse por el petróleo barato. Pero a la vista del incremento del crudo quizás es hora que, como el Loremo, se replanteen los criterios vigentes hasta ahora que sólo han fomentado la ineficiencia.Diseño y ecología
Sin duda el automóvil representa en nuestra sociedad un símbolo inequívoco de libertad, poder, riqueza, éxito, etc. Pero, digan lo que digan de la exclusividad de sus modelos algunas marcas lo cierto es que no es una industria que se caracterice precisamente por el diseño. Las formas aerodinámicas de los deportivos cautivan a la mayoría de los humanos y sin embargo la mayor parte del parque móvil comercial es todo lo contrario. No es extraño que el concepto del Loremo se base en un diseño atrevido. El habitáculo es una zona comprendida entre los 3,84 m de largo, 1,62 de ancho y 1,1 de altura. El propio acceso al vehículo no es nada convencional. En este sentido podemos ya aventurar que no es precisamente el vehículo para llevar a gente mayor o con movilidad reducida. Pero, seguro que frente a la amigabilidad ambiental de consumir 4 veces menos de combustible que un vehículo convencional podría convencer a una buena clientela. El diseñador asegura que con un peso de 450 kg y un kilometraje anual de unos 20.000 km tan sólo se consumen 300 litros de gasolina. Su motor de 2 cilindros y cambio de 5 marchas desarrolla una potencia de 15 kW / 20 HP que con 20 litros de combustible en el depósito le da una autonomía de unos 300 km. La velocidad punta máxima es de 160 km/h y acelera de 0 a 100 kmh en 20 segundos. Incorpora estándares como el airbag, radio, aire acondicionado, etc. Como aseguran sus representantes hay que pensar nuevas ideas puesto que es el único medio de hacer realidad los nuevos retos.Los modelos híbridos y los vehículos con pilas de hidrógeno tienen en su contra el peso excesivo del motor por lo que es difícil que puedan aportar mínimo consumo, aunque sea más ecológica la fuente de donde lo obtienen. El concepto del Loremo LS no es nuevo: un pequeño motor de combustión interna y el mínimo peso y resistencia al aire. Quizás el atrevimiento de esta empresa alemana debe valorarse por que sacude algunos preceptos inalterables de una industria que es la responsable de que ya haya más de 600 millones de automóviles por todo el planeta. No vamos a insistir en las calidades del Loremo LS porque la cuestión clave es que nuestra sociedad ya tiene un excedente de vehículos incluida la contaminación que comporta para el aire de las ciudades y por tanto para la salud de las personas. Las crisis de contaminación atmosférica sólo pueden atajarse reduciendo el parque móvil y que este sea más eficiente. Resulta curioso que incluso iniciativas como el coche compartido (carsharing) en nuestro país no se desarrollan sobre coches de alta eficiencia. Realmente en el mercado estándar de automóviles hay pocos modelos con prestaciones mínimamente ecológicas como puede ser máxima eficiencia en la reducción de emisiones y uso de biocarburantes. Curiosamente, mientras en EUA hay ya más de 1,5 millones de coches adaptados para quemar bioetanol (E85) con sólo un 15 % de gasolina y con biodiesel al 100 % en Europa son una rareza. En cualquier caso, nos agrade o no en el futuro la población de automóviles debe menguar y debe ser más eficiente con la energía que consuman sea directamente combustibles fósiles o indirectamente a través de electricidad no renovable.
Una historia sencilla
La idea de un vehículo amigable con el medio ambiente que cumpla con criterios de máximo eficiencia la empieza a desarrollar en 1993 el alemán Uli Sommer. Sin embargo pasarán siete años antes que este se une a Stefan Ruetz y Gerhard Heilmaier para fundar la Loremo GmbH en Munich. El primer prototipo listo para ser comercializable será presentado en el Salón Internacional de Ginebra de 2006. Sin embargo, por ahora no deja de ser un concept car aunque sus diseñadoras especulan que pueda estar disponible para su adquisición en el 2009. En cualquier caso, la filosofía de este vehículo intenta algo que los fabricantes actuales no se plantean ni por asomo: dejar de consumir combustibles fósiles por transportar metales diversos. El precio de venta al público se estima que puede rondar en unos 11.000 euros.Otros vehículos de bajo consumoPrototipos de bajo consumo los hay. Algunas marcas como el VW presentaron en su día sus diseños como el VW 1 Liter, pero en este caso era un vehículo de 2 plazas en tándem. Tampoco faltan las competiciones para ahorradores de combustible. Lo curioso es que una industria tan dependiente del petróleo no apueste fuerte por una reconversión drástica para reducir el consumo de combustible. Eso se logra con una reducción del peso, con nuevos materiales y como no, con límite en la velocidad. Otro vehículo de bajo consumo es el jetcar: un coche que genera una emision de 66 g/km para dos plazas en tándem de 660 kilogramos con motor diesel de 3 cilindros o motor de gasolina. El consumo de combustible se sitúa en 2.5 litros por 100 kilómetros (mpg 94) en el diesel. El consumo medido en caretera durante 500 kilómetros es de 2,9 l/100 kilómetro, menos que los 3,5 l/100 kilómetro que utilizaba del VW Lupo 1.2 TDI 3L del en las mismas condiciones. Su aerodinámica contribuye también al bajo consumo.
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