El enamoramiento de Chrysler para con sus vehículos convertibles tiene una historia tan larga como al ruta 66. A comienzos de la década del treinta la Chrysler Company se ubicaba tercera por detrás de Ford y Chevrolet en ventas. A igual que estas, la empresa presidida por Walter Chrysler tenía varias marcas —Desoto y Playmouth— de menor calidad para un público menos exigente y con un poder económico más acotado. El furor a mediados de los treinta eran los convertibles; el país se había recuperado de la crisis del 29´ y los ciudadanos deseaban invertir sus ganancias en diversión y placeres mundanos.
Al llegar la segunda guerra todo ese imperio de jolgorio se derrumbó. Los autos de motores grandes y mucha potencia dejaron de fabricarse hasta los años setenta en que los muscle cars revivieron a una juventud habida de velocidad y olor a gasolina.
Pero una vez más el destino diría que no. La crisis del petróleo cancelaría los proyectos de convertibles para la Chrysler. Culminada esta época casi destructiva para la empresa de Detroit, Lee Iaccoca le devolvió la sonrisa a cliente de Chrysler. En 1982 salía al mercado un automóvil que cambiaría el ritmo del mercado automovilístico para siempre: el LeBaron. Iaccoca había hecho los mismo que años atrás con Ford y el Mustang: un gran auto a un precio bajo. El LeBaron ofrecía lo que el usuario americano necesitaba: serenidad, comodidad y un precio accesible.
Hoy la masividad e inmensidad del mercado americano permite un lugar para cada proyecto, para cada tipo de vehiculo. El Sebring descapotable es uno de ellos.
Quizás no posea la calidad de un Mercedes CLK, o el poderío del Audi S4 cabrio, pero este magnífico cuatro plazas sabe muy bien a donde apunta, y allí residirá su éxito. Como novedad principal para el mercado estadounidense es el techo metálico de accionamiento eléctrico. Este se comporta con la dualidad de un coupé o el placer de un cabrio. En menos de veinte segundos se pasa del absoluto silencio, al aire en el rostro. Como dato llamativo se puede remarcar que este techo está disponible para pocos mercados; en la mayoría de los países del viejo continente la variante descapotable se mantiene como el Sebring anterior: lona reforzada de accionamiento eléctrico.
El tamaño lo coloca en el segmento protagonizado por el BMW serie 6 o el Mercedes Clase SL, pero la gama de motores y el precio lo descienden hasta el segmento de medianos intermedios como el Mercedes CLK o el Saab 9-3 cabrio. El motor estrella en Estados Unidos será el 2.7 litros de seis cilindros y 193 hp ya montado en el “mafioso” 300 C. Este impulsor —silencioso por sobre otras cualidades— se acopla de manera casi perfecta a la caja automática de cinco marchas. También habrá para elegir el 2.4 de 150 hp (hoy montado en el PT Cruiser) o el V6 de 3.5 litros y 257 hp. Para el mercado europeo la oferta mecánica tendrá su éxito en los impulsores diesel comenzado con el fantástico 2.0 TDI del grupo Volkswagen de 140 hp, o un 2.2 de mayor caballaje.
En el diseño interior la onda retro sigue maravillando a los diseñadores de Chrysler y el tablero es un fiel reflejo: los tres tacómetros son amplios al igual que el diámetro del volante. Según versiones podrá equipar un navegador satelital que agrupará las funciones de entretenimiento y navegación.
Entre los competidores reales, categoría delineada por el precio están el Pontiac G6, el Ford Mustang y el Toyota Camry Solara que arremeten en la riña. Otros modelos como el BMW serie 3 descapotable o el CLK cario de Mercedes no quedan en juego por el elevado precio. Como comentario final: el usuario del Sebring encontrará en su vehiculo la comodidad de un cuatro plazas (reales) con la practicidad del techo escamoteable y un andar muy suave, muy americano. El mismo ideal inaugurado por el LeBaron hoy esta presente. Chrysler Sebring: un auto americano.
27/12/08
Chrysler Sebring Convertible
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 Comentarios :