
Es evidente la dirección que Renault está siguiendo, se busca homogenizar la imagen de marca mediante la adopción de un frontal similar en toda la gama. Las ópticas del nuevo Clio y su amplio paragolpes delantero parecen sacados directamente del nuevo Mégane, que a su vez tomó inspiración en el poco exitoso Laguna III, presentado en 2007. Ahora el capó es notablemente más pequeño, un punto negativo de cara al mantenimiento por parte del usuario, pero único punto negativo en un frontal en mi opinión atractivo.
A la vista de la imagen no podemos decir mucho más, el acabado del coche parece de los más elevados y es de esperar que la zaga también reciba algún tipo de actualización. En cuanto al habitáculo no variará de manera sustancial pero se añadirá a buen seguro más equipamiento y mejorará la ya buena calidad de los materiales. En cuanto a motores, el 2.0 atmosférico de 140 CV podría sustituirse por el eficiente 1.4 tCe turbocomprimido de 130 CV en busca de un menor consumo de combustible.
Fuente: Diariomotor
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