Da gusto comprobar que se pueden realizar unos pocos cambios y el resultado es un Scirocco vigoroso pero sin llegar a ningún extremo. La franja negra “pegada” a lo largo de la carrocería aporta un elemento de asimetría al que no se suele recurrir habitualmente. El punto más agresivo estéticamente son las llantas multirradiales de nada menos que 20 pulgadas de diámetro, que además no aportan excesivo peso al ser ultraligeras. Detalles habitualmente retocados, como los parachoques, permanecen constantes.
El preparador también recurre a los muelles para darle fuerza visual y asegurar una buena respuesta desde el suelo, con una suspensión que reduce la altura del Scirocco en 35 milímetros. Además se puede personalizar su rigidez para adaptar la respuesta a los distintos terrenos por los que se circule, a pesar de que con tal reducción de altura adentrarse fuera del asfalto no parece buena idea.
En el capó del Scirocco se puede incluir el motor TSI de 2.0 litros, al que Sportec añade una versión de su propio turbo, una nueva programación para la centralita y un mejorado trayecto de los gases de escape finalizando en dos tubos de acero inoxidable. La potencia final puede oscilar entre los 240 y los 350 CV, convirtiéndose en uno de los potenciamientos más altos en el Scirocco. El primero sigue siendo MTM con su preparación de 380 CV.
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